
El sector del Gran Consumo se encamina hacia 2025 con una actitud optimista, impulsado por tendencias clave que están redefiniendo la industria. La omnicanalidad, la innovación tecnológica y la sostenibilidad se perfilan como los pilares fundamentales que orientan las estrategias de las empresas, permitiéndoles adaptarse a un consumidor cada vez más exigente y consciente.
Además, según el Informe Perspectivas Gran Consumo 2025, presentado por Rosario Pedrosa, gerente de Estrategia Comercial y Marketing de Aecoc, el sector de gran consumo prevé cerrar este año con cifras positivas, tanto en valor como en volumen. En concreto, el 87% de los distribuidores y el 72% de los fabricantes esperan crecimiento en valor este año, mientras que el 74% de los distribuidores y el 52% de los fabricantes anticipan avances en volumen.
Prioridades de cara a 2025
De cara al próximo año, el sector se enfrenta retos importantes donde estrategias clave como la omnicanalidad, la innovación o la sostenibilidad serán protagonistas. Desde Metafase, empresa servicios PGV, te contamos más sobre estas tendencias.
La omnicanalidad ha dejado de ser una opción para convertirse en una necesidad estratégica. En un mundo donde los consumidores buscan experiencias fluidas y personalizadas, las empresas del sector están integrando sus canales físicos y digitales para ofrecer una experiencia coherente y satisfactoria. Las tiendas físicas han evolucionado hacia espacios híbridos que combinan la inmediatez del comercio tradicional con la conveniencia de los servicios digitales, como el click and collect. Simultáneamente, las plataformas de comercio electrónico están integrando herramientas de realidad aumentada, inteligencia artificial y análisis predictivo para mejorar la navegación, el servicio al cliente y la personalización de las ofertas. Esta convergencia de canales no solo mejora la experiencia del cliente, sino que también optimiza las operaciones logísticas, uno de los mayores desafíos de la industria.
En este contexto, la innovación tecnológica desempeña un papel central. El uso de big data, inteligencia artificial y automatización está transformando toda la cadena de valor, desde la producción hasta el punto de venta. Las empresas están invirtiendo en tecnología para anticiparse a las demandas del mercado, reducir costes y mejorar la eficiencia operativa. Por ejemplo, el análisis de datos en tiempo real permite ajustar inventarios con mayor precisión, evitando problemas de desabastecimiento o exceso de stock. Asimismo, los avances en robótica están revolucionando los centros de distribución, permitiendo tiempos de entrega más rápidos y fiables. Estas innovaciones también están promoviendo modelos de negocio disruptivos, como los servicios de suscripción o las plataformas de economía colaborativa, que responden a las necesidades de un consumidor en constante evolución.
Por otro lado, la sostenibilidad se ha consolidado como un factor crítico para el éxito en el sector del Gran Consumo. Los consumidores exigen productos y prácticas que respeten el medio ambiente, lo que obliga a las empresas a replantear su impacto ambiental. Esto incluye desde la reducción de plásticos en los envases hasta la adopción de prácticas agrícolas sostenibles y la transición hacia una economía circular. Además, la transparencia se ha convertido en un valor clave, ya que los consumidores quieren saber el origen de los productos que compran y cómo se han producido. Muchas empresas están respondiendo a esta demanda con certificaciones, etiquetas informativas y el uso de tecnología blockchain para garantizar la trazabilidad de los productos.
En un entorno tan dinámico, la capacidad de adaptarse y anticiparse será el factor diferencial que determine el éxito en los próximos años. El compromiso con el cliente, la tecnología y el planeta se perfila como la fórmula ganadora para consolidar la competitividad y la relevancia en este sector estratégico.