En los últimos años, el sector de la restauración ha experimentado una transformación significativa, impulsada por los cambios en los hábitos de consumo y las nuevas exigencias del mercado. Una de las tendencias más destacadas ha sido la incursión de las marcas de restauración en el sector de los supermercados, una estrategia que combina el reconocimiento de marca con la conveniencia que busca el consumidor actual.
La presencia de productos de restaurantes en las estanterías de los supermercados no es una novedad, pero ha cobrado especial relevancia tras la pandemia. El confinamiento y las restricciones a la movilidad impulsaron la demanda de productos listos para consumir o fáciles de preparar en casa, lo que abrió una ventana de oportunidad para las marcas de restauración. Así, empresas como McDonald’s, Starbucks o KFC han lanzado al mercado productos adaptados para el consumo doméstico, desde salsas y bebidas hasta comidas congeladas y kits para preparar platos icónicos.
Esta tendencia no sólo responde a un cambio en los hábitos de los consumidores, sino también a una necesidad de diversificación por parte de las marcas. Y es que la venta en supermercados permite llegar a un público más amplio y generar ingresos adicionales, lo que resulta especialmente valioso en un contexto económico incierto.
¿Qué impulsa el crecimiento de esta tendencia?
Comodidad: El consumidor actual valora la conveniencia por encima de muchos otros factores. Los productos de marcas de restauración en los supermercados ofrecen la posibilidad de disfrutar de sabores y experiencias reconocidos sin necesidad de salir de casa. Además, estos productos suelen estar diseñados para ser fáciles de preparar, lo que responde a la creciente demanda de soluciones rápidas y prácticas para las comidas diarias.
Consumidor más experiencial: La acumulación de eventos negativos (pandemia, conflictos bélicos y geopolíticos, crisis inflacionaria e incertidumbre económica…) han mermado la salud emocional de los consumidores y les ha hecho replantearse sus prioridades vitales. Esta tendencia es especialmente significativa en las generaciones más jóvenes (Gen Z), que priorizan cada vez más en su gasto hacia el ocio en el corto plazo.
Visibilidad: La presencia de estas marcas en los supermercados refuerza su posicionamiento en el mercado. Al estar disponibles en múltiples puntos de contacto con el consumidor, las marcas aumentan su visibilidad y consolidan su imagen como opciones de confianza y calidad.
Variedad: En España existe una amplia, variada y altamente competitiva oferta de hostelería.
Pero también hay que tener en cuenta que esta tendencia no está exenta de desafíos. Las marcas de restauración deben adaptarse a las exigencias de la distribución en supermercados, que incluyen aspectos como el empaquetado, la vida útil de los productos y la competitividad en precios.
Desde Metafase, como especialistas en inteligencia de mercado, creemos que las oportunidades de esta estrategia también son amplias. La colaboración con supermercados permite a las marcas innovar y desarrollar nuevos productos que respondan a las tendencias del mercado, como opciones saludables, alimentos orgánicos o productos aptos para dietas específicas. Además, también ofrece la posibilidad de explorar mercados internacionales sin necesidad de abrir nuevos establecimientos.
Por lo que la combinación de restauración y retail no es sólo una tendencia, sino una estrategia con potencial para redefinir la forma en que las marcas interactúan con sus clientes.